llenas la tina con agua caliente, asi que te tomas tu tiempo para hacerlo. deben ser por lo menos 15 litros de agua, mientras se repleta enciede un cigarro. entonces solo observas.
el asunto de las sales y aquellos productos que hacen espuma son solo una distracción. innecesarios, pero dan un ambiente particular. lo que no puedes olvidar son las velas y la luz tenue.
una vez lleno te quitas la ropa. la camisa, los pantalones, la polera, la ropa interior y los calcetines. siempre, con tu cigarro encendido, a medio fumar, colgando desde tu boca.
te metes con cuidado, esperando no desbordar la tina. sabes que es inútil, pero lo intentas igual. deben caer como litro y medio fuera. no te preocupas, sabes que se irá por la rejilla que tiene justo debajo.
el cigarro a esta altura estará ya casi consumido, porque no te habrás preocupado de fumartelo completamente. solo una porcion llegó hasta tu garganta, y una porción más pequeña llegó a tus pulmones. porción que, de todas maneras, preocupa a tu médico, y te lo recuerda en cada sesión que tienes con él.
enciendes entonces otro cigarro. dos piteadas y luego dejas el brazo caer con el cigarro entre tus dedos. lo balanceas flojamente, apoyandote solo en el borde de la tina. harás lo mismo con tu cabeza, la dejarás caer hacia atrás, como si tu cuello ya no tuviese su función de apoyo, solo como un vinculo hacia el cuerpo que ahora yace sumergido en el agua.
mirarás sin rumbo alguno, donde la habitación se extenderá hasta parecerte un universo completo de posibilidades. cada azulejo es único, y tu lo sabes , y no te importa no conocer cada rincon, solo te interesa mirar.
pensarás que este es el momento más zen de tu vida, o por lo menos es lo mas cercano a lo que podrias tener de un momento zen. solo que acá no habrá maestro, no habrá pared y no habrá posicion de loto, pero el resto es básicamente lo mismo.
todo es un difuso estado de meditación.
entonces agradeceras que se le haya ocurrido a ella poner esta tina en el enorme baño. donde antes solo estaba en una esquina la ducha, en la ótra el váter, y entre estas dos el lavamanos. todo esto dejando un espacio enorme, de una habitación de, posiblemente, doce metros cuadrados de area. doce metros cuadrados que, para ti, son todo un universo.
levantarás tu brazo y acercarás el cigarro a tu boca. aspiraras el humo, y dejarás caer el brazo. esta vez el cigarro se mantendrá entre tus labios mientras dejas escapar el excedente que no ha llegado a tus pulmones quedandose pegado en las paredes de estas. y te quedarás así por varios minutos.
cerrarás tus ojos, retirarás el cigarro de tu boca dejando caer cenizas sobre el agua de la tina y en el piso del baño. respirarás profundo, y pensarás en las últimas palabras que te faltaron por escribir.
27.5.09
18.2.09
? 18.2.09
el pasillo es oscuro, y la ùnica luz que logro ver es la del ascensor que está al final. en realidad no sé por qué salí de la habitación en primer lugar, pero necesitaba hacerlo. o podría decir que las cosas han estado mal, tampoco que han estado bien, solo han estado. pero como han ocurrido, como se han dado las cosas me tienen extrañado. y es que tampoco son sucesos bizarros, no he conocido a ningun personaje extraño, no han ocurrido cosas raras, pero dentro mio algo ha cambiado y estoy incomodo en este momento. y es que el pasillo está oscuro y al fondo está la luz del ascensor, pero no se donde voy ni que haré. no suelo salir solo a bares o pubs, ni tampoco a dar vueltas por la ciudad en la noche. no creo, tampoco, que salga hoy. a fuera llueve torrencialmente, y no tengo con que abrigarme. pero algo debo hacer, porque algo dentro mio me molesta y no se bien que es. a veces creo tener momentos de iluminación, y creo saber que ocurre, pero luego me lo cuestiono, por que no son las únicas pieza del puzzle que faltan.
ayer soñé que despertaba en una cama, en una habitación que no me pertenecía. pero sabía que debía estar ahí. miraba a mi alrededor y la habitación era bastante simple. estaba la cama en la cual dormía; un velador a mi lado, con una lampara y un reloj; y un escritorio, con un cuaderno y un lapiz. el reloj no tenía batería asi que no podia saber que hora es, pero podía suponer que era temprano en la mañana. tenía una extraña sensación de resaca, pero no podía entender porqué, ya que en mi sueño no cabía la opcion de haber salido a tomar ni nada la noche anterior. trate de animarme y me levanté de mi cama. restregué mis oos con mis manos, y cuando me fijé mis manos no eran mis manos. o sea, físicamente eran las mismas, pero en el fondo no eran las manos que o conocía. cuando me di cuenta de esto una sensación de angustia me invadió y tuve que tratar de tranquilizarme por largo rato. fuero horas de calmarme, y cuando logré hacerlo parecía que no hubiese pasado ni un minuto en la habitación. me dirigí a la cocina para prepararme un café o un jugo, y cuando voy caminando hacia allá me doy cuenta, por primera vez, que estoy solo. estoy completamente solo en esa casa. miro alrededor y esta amoblado, pero pareciera que nadie viviera allí. es más, pareciera que fuese mi primer día y el primer dia que, en esa casa, alguien hubiese puesto pie. traté de apresurar el paso hacia la cocina, ya que la angustia volvia a invadirme, pero mientras más caminaba mas se alejaba la puerta. y entonces entré en panico. comencé a sudar frio, mis piernas flaqueaban y lo único que quería era llorar. recuerdo haber caido de rodillas porque mi cuerpo no reaccionaba. y quería llorar, quería gritar, pero no podía. mi cuerpo estaba sumido en un entumecimiento completo, tanto físico como emocional.
no desperté gracias a la alarma. cuando abrí mis ojos esta parecía llevar rato sonando. no estaba sudando, por suerte, pero mi corazón latía a mil por hora. desperté y miré alrededor y en la pieza solo estaba yo. el restohabía ido a tomar desayuno seguramente, pero por lo menos habían apsado la noche allí. se notaba por sus pertenencias repartidas por la habitación y las camas deshechas. no pude levantarme, tuve que tenderme un rato más y ordenar mi cabeza. ya habían sido tres malos días desde que la sensación se había asentado. pensé que era parecida a la sensación que tuve cuando mi madre murió, pero rato después me di cuenta que era completamnete diferente. trate de recapitular todo lo que había pasado desde ese punto, pero no pude hilar ningún cabo. recordé los problemas que tuve en la universidad, en casa y en mi vida personal. y me di cuenta que muchas cosas habían pasado en ese año y medio.
al tratar de recuperarme noté un intenso dolor en uno de mis brazos. no era un dolor como de un golpe o de haberme dormido encima toda la noche. el dolor estaba oculto muy dentro del mismo. aun así me levanté, me puse un pantalon de jeans, un polerón y unas zapatillas y salí al pasillo. en la mañana el pasillo está iluminado, y se puede ver con detalles las vetas de la madera que hay en murallas, puertas y piso. algunas habitaciones estaban siendo aseadas, asi que podía suponer que eran pasadas las nueve de la mañana. al bajar me encontré con que ya no quedaba mucha gente ni cosas para sacar del buffet de desayuno. mi papá me saluda desde una mesa al fondo del salon, me guardaron una taza de té con leche y un plato con pan, jamón y queso. lo encontré bastante extraño, no habia visto estos gestos en mi padre y mi hermana en meses. me senté y recién alli me di cuenta de que estaba muy hambriento. de hehco tenía mi estomago con una sensación fatigante de vacio. comí como si no hubiera mañana y, en un par de minutos, había terminado con todo lo que había en la mesa.
-no te quisimos despertar. -dijo mi hermana
-si, lo noté.
-te veias muy calmado durmiendo.
-¿en serio? -no sé bien que cara puse al momento de responder, pero mi padre y mi hermana se extrañaron de sobremanera con mi respuesta. por un momento se miraron fijamente.
-¿no fué así? - me preguntó mi hermana
-no precisamente, tuve como una pesadilla. pero no se si fué realmente una pesadilla. solo sé que me sentí muy mal en un momento.
-no parecias tener una pesadilla.
-bueno, al parecer si la tuve. en todo caso gracias, no esperaba esto.
-esto qué. -respondío mi hermana con ese tono que tanto odio.
-el dejarme dormir y guardarme desayuno.
-ahh. si, no te preocupes, con mi papá creimos que era lo mejor.
como siempre ahi el desayuno continuó de manera silenciosa, con interrupciones de mi hermana con temas sin importancia de conversación.
el resto del día no fue diferente. sentí que, mientras corría el tiempo, yo me alejaba cada vez mas de ellos dos. por un momento, sentí que estaba solo en otra ciudad, hasta que escuché la voz de mi padre y mi hermana. durante la tarde fuimos a almorzar, volvimos al hotal a tomar una siesta (que por lo demás jamás hago), salimos a tomar un café y volvimos a la habitación una vez más. y en esa rutina a cada momento me sentí mas y mas alejado. me senti cada vez más solo. pero no era una soledad desagradable. incluso puede que no haya sido una soledad, tal vez era, más bien, un estado constante de introspección mio. yo les acompañaba físicamente, pero mi cabeza estuvo todo el día en otra parte. estaba en el color del pasto, estaba en el sabor del cordero que comimos al almuerzo, estuvo en la sensación de frio que se depositaba en mi cara y mis manos, estaba en mi repaso constante de los últimos acontecimientos. esta ahora, y estuvo cuando tuve que salir de la habitación y caminar por el pasillo. y de todo este proceso introspectivo lo único que logro sacar en limpio es que soy otro. soy otro que el que fui meses atrás, y por alguna extraña razon siento no encajar. siento no encajar ene sta situación particular, siento no encajar con lo último que me ha ocurrido. y cuando pienso en todo esto pienso en esa vez que te dije lo mismo, pero claro, con mis propias palabras. y pienso que no nos volveremos a ver en un buen tiempo.
ayer soñé que despertaba en una cama, en una habitación que no me pertenecía. pero sabía que debía estar ahí. miraba a mi alrededor y la habitación era bastante simple. estaba la cama en la cual dormía; un velador a mi lado, con una lampara y un reloj; y un escritorio, con un cuaderno y un lapiz. el reloj no tenía batería asi que no podia saber que hora es, pero podía suponer que era temprano en la mañana. tenía una extraña sensación de resaca, pero no podía entender porqué, ya que en mi sueño no cabía la opcion de haber salido a tomar ni nada la noche anterior. trate de animarme y me levanté de mi cama. restregué mis oos con mis manos, y cuando me fijé mis manos no eran mis manos. o sea, físicamente eran las mismas, pero en el fondo no eran las manos que o conocía. cuando me di cuenta de esto una sensación de angustia me invadió y tuve que tratar de tranquilizarme por largo rato. fuero horas de calmarme, y cuando logré hacerlo parecía que no hubiese pasado ni un minuto en la habitación. me dirigí a la cocina para prepararme un café o un jugo, y cuando voy caminando hacia allá me doy cuenta, por primera vez, que estoy solo. estoy completamente solo en esa casa. miro alrededor y esta amoblado, pero pareciera que nadie viviera allí. es más, pareciera que fuese mi primer día y el primer dia que, en esa casa, alguien hubiese puesto pie. traté de apresurar el paso hacia la cocina, ya que la angustia volvia a invadirme, pero mientras más caminaba mas se alejaba la puerta. y entonces entré en panico. comencé a sudar frio, mis piernas flaqueaban y lo único que quería era llorar. recuerdo haber caido de rodillas porque mi cuerpo no reaccionaba. y quería llorar, quería gritar, pero no podía. mi cuerpo estaba sumido en un entumecimiento completo, tanto físico como emocional.
no desperté gracias a la alarma. cuando abrí mis ojos esta parecía llevar rato sonando. no estaba sudando, por suerte, pero mi corazón latía a mil por hora. desperté y miré alrededor y en la pieza solo estaba yo. el restohabía ido a tomar desayuno seguramente, pero por lo menos habían apsado la noche allí. se notaba por sus pertenencias repartidas por la habitación y las camas deshechas. no pude levantarme, tuve que tenderme un rato más y ordenar mi cabeza. ya habían sido tres malos días desde que la sensación se había asentado. pensé que era parecida a la sensación que tuve cuando mi madre murió, pero rato después me di cuenta que era completamnete diferente. trate de recapitular todo lo que había pasado desde ese punto, pero no pude hilar ningún cabo. recordé los problemas que tuve en la universidad, en casa y en mi vida personal. y me di cuenta que muchas cosas habían pasado en ese año y medio.
al tratar de recuperarme noté un intenso dolor en uno de mis brazos. no era un dolor como de un golpe o de haberme dormido encima toda la noche. el dolor estaba oculto muy dentro del mismo. aun así me levanté, me puse un pantalon de jeans, un polerón y unas zapatillas y salí al pasillo. en la mañana el pasillo está iluminado, y se puede ver con detalles las vetas de la madera que hay en murallas, puertas y piso. algunas habitaciones estaban siendo aseadas, asi que podía suponer que eran pasadas las nueve de la mañana. al bajar me encontré con que ya no quedaba mucha gente ni cosas para sacar del buffet de desayuno. mi papá me saluda desde una mesa al fondo del salon, me guardaron una taza de té con leche y un plato con pan, jamón y queso. lo encontré bastante extraño, no habia visto estos gestos en mi padre y mi hermana en meses. me senté y recién alli me di cuenta de que estaba muy hambriento. de hehco tenía mi estomago con una sensación fatigante de vacio. comí como si no hubiera mañana y, en un par de minutos, había terminado con todo lo que había en la mesa.
-no te quisimos despertar. -dijo mi hermana
-si, lo noté.
-te veias muy calmado durmiendo.
-¿en serio? -no sé bien que cara puse al momento de responder, pero mi padre y mi hermana se extrañaron de sobremanera con mi respuesta. por un momento se miraron fijamente.
-¿no fué así? - me preguntó mi hermana
-no precisamente, tuve como una pesadilla. pero no se si fué realmente una pesadilla. solo sé que me sentí muy mal en un momento.
-no parecias tener una pesadilla.
-bueno, al parecer si la tuve. en todo caso gracias, no esperaba esto.
-esto qué. -respondío mi hermana con ese tono que tanto odio.
-el dejarme dormir y guardarme desayuno.
-ahh. si, no te preocupes, con mi papá creimos que era lo mejor.
como siempre ahi el desayuno continuó de manera silenciosa, con interrupciones de mi hermana con temas sin importancia de conversación.
el resto del día no fue diferente. sentí que, mientras corría el tiempo, yo me alejaba cada vez mas de ellos dos. por un momento, sentí que estaba solo en otra ciudad, hasta que escuché la voz de mi padre y mi hermana. durante la tarde fuimos a almorzar, volvimos al hotal a tomar una siesta (que por lo demás jamás hago), salimos a tomar un café y volvimos a la habitación una vez más. y en esa rutina a cada momento me sentí mas y mas alejado. me senti cada vez más solo. pero no era una soledad desagradable. incluso puede que no haya sido una soledad, tal vez era, más bien, un estado constante de introspección mio. yo les acompañaba físicamente, pero mi cabeza estuvo todo el día en otra parte. estaba en el color del pasto, estaba en el sabor del cordero que comimos al almuerzo, estuvo en la sensación de frio que se depositaba en mi cara y mis manos, estaba en mi repaso constante de los últimos acontecimientos. esta ahora, y estuvo cuando tuve que salir de la habitación y caminar por el pasillo. y de todo este proceso introspectivo lo único que logro sacar en limpio es que soy otro. soy otro que el que fui meses atrás, y por alguna extraña razon siento no encajar. siento no encajar ene sta situación particular, siento no encajar con lo último que me ha ocurrido. y cuando pienso en todo esto pienso en esa vez que te dije lo mismo, pero claro, con mis propias palabras. y pienso que no nos volveremos a ver en un buen tiempo.
21.12.08
Noctambulo 21.12.08
cuando tus ciclos de sueño y vigilia se perturban lo más común es que tu noción del tiempo cambie drasticamente. en mi caso los días son más cortos. generalmente no alcanzas a hacer las cosas y cuando las haces es bastante tarde. te despiertas tarde, a menos que hayas puesto el despertador y desde que te levantas estás en un despertar de horas. tu capacidad intelectual disminuye de manera importante, asi tu atención, tu concentración. a la hora de almuerzo puedes estar un poco más repuesto, pero a esa altura ya no quieres más. no te das cuenta como las horas pasan y ya son las 22:00 hrs. pero las 22 hrs. no son lo que eran antes para tí. la hora de las películas, el previo del sueño (como yo lo recordaba cuando niño). ahora las 22 hrs. no significan nada, solo el inicio de la noche. cuando tus ciclos se perturban tu vida social también se ve afectada. el cansancio, la perturbación temporal, hace que distancies tus vinculos sociales. cuando no lo haces estos te desgastan de manera sorprendente. yo prefiero mantener mis vinculos sociales. entonces para eso de las 00 hrs, que antes era el nuevo día y hoy es solo una hora más de la noche, te encuentras solo en tu habitación, cansado y ansioso. te preguntas como abordar todo eso que te agobia de día. sabes que si tuvieras algunas horas mas lo podrías hacer, pero es que, a estas alturas, has olvidado el día se compone de más horas de luz que las que crees conocer. la noche se convierte en un espacio vacio y bastante extraño. no es un espacio de producción, en absoluto. sabes que no puedes meter ruido, y el cansancio no te permite tareas intelectualmente demantantes. la noche se convierte deambular por tu departamento con tus audifonos y musica. la noche se convierte en interminables horas de televisión basura. la noche se convierte en miles de clicks sobre links que te llevan a más páginas, con más links. la noche se convierte en una droga. tu cuerpo está aturdido al igual que tu mente. comienzas a idear cosas bizarras, que seguramente no idearías de día. comienzas a carecer abosultamente de lógica, y te permites experimentar sin esos márgenes. y te vuelves creativo, pero de una manera bastante extraña. tu creación pareciera no tener bordes. es algo amorfo. algo que podría bien ser o no. y de hecho no esperas lograr algo, pero cuando eres como yo, esperas que si se convierta en un objeto (pero ya lo dije, este no es un espacio de producción... yo diría más bien que es un espacio de dejarse ser, hacer por hacer, pero no producir). ya no necesitas soñar, porque sueñas despierto. el dormir solo se convierte en una necesidad biológica (pero que no logras completar, ya que en sueños estás preocupado de un tiempo que pareciera te hubieran robado). hasta el momento parecen solo aspectos malos, pero tengo que aclarar (y recordar) que es como una droga. tu imaginación se libera mucho más de lo que estaba libre. cuando escuchas música escuchas cosas que no esperabas escuchar, y la piensas incluso de una manera bastante diferente ¿por qué creen que tanta gente lee en la noche? (ahi es donde los cuentos se desbordan.) también es la mejor hora para hacer ensayos, para escribir, para tocar música. tu cuepro y mente están tan aturdidos que no se miden, y solo hacen. obviamente pueden surgir cosas burdas, como pueden surgir bellas obras (aunque sigo postulando que eso no es producción... la producción tiene un elemento de conciencia respecto a loq ue se produce... acá no hay conciencia de ello.) ese vacio en tu estómago, el cansancio de los brazos, aquella sensación de no querer hacer nada más, todo se conjuga. y entonces te das cuenta que eres un noctambulo, alguien que ha dejado de vivir de día por el vivir de noche. pero no en ese cliché de las personas bohemias que viven de bar en bar, de disco en disco, que no paran de estar en juerga. un noctambulo no es ese tipo de persona. no digo que no sea factible hacerlo, pero generalmente no te quedan energias para ello. el alcohol y las drogas pierden sentido, y lo único que te importa es la noche.
ya no necesito más LSD.
ya no necesito más LSD.
24.8.08
Por ahora Luis 24.8.08
Los que pueden ver el futuro siempre saben que van a morir. Lo que los diferencia del restco, es que ellos saben cómo y cuándo, el resto siempre tiene la esperanza que nunca ocurrirá, que se aplazará. Los que pueden ver el futuro saben que ocurrirá, cómo y cuándo, y por eso ya no le temen. Ellos saben que ocurrirá y saben que en parte es su decisión. Otros, como yo, nunca le temeremos a la muerte, porque sabemos que nunca vamos a morir. Claro, si somos objetivos ya he muerto una vez, pero la muerte pierde sentido cuando eres inmortal. Mueres y luego abres los ojos, estás en otro lugar con otro cuerpo. Así funciona para mí por lo menos. Cambia de caso a caso, pero es de esa forma para mí. Yo no entiendo muy bien, pero una vez que estás metido en esto en realidad pierde sentido preguntar. Puedes saber muchas cosas, pero nunca son suficientes para explicar a cabalidad lo que sucede. Te rindes ante la evidencia y te dejas para que suceda lo que suceda. Si algo ocurre, ocurrirá y ahí veré que hago al respecto. Ahora no puedo hacer mucho, acabo de abrir los ojos y me encuentro quien sabe dónde. Debería estar camino a un hospital, nadie se salva de un choque directo contra un edificio. María sabía que tenía que morir, ella misma me lo ha dicho. Se tomo todo el tiempo para poder decírmelo. Ella sabía, sabía perfectamente lo que estaba ocurriendo, así que me ayudó y pavimentó el paso. Solo tenía que seguirla, y lo hice. También el estar completamente ebrio ayuda. Parece que estoy en una pieza de hotel. Está el televisor, el teléfono y la guía con anexos al lado. Estoy vestido con un frac. Que elegante forma de despertar. Cuando abres los ojos nunca sabes que te puede esperar, pero hay siempre algo que te conecta con ese cuerpo y con ese momento. No es tan azaroso. Pienso que tal vez tengo una pistola y una cajetilla de cigarros, no hay ninguno de los dos, así que no parece que esté en el cuerpo de James Bond. No es que quisiera serlo, pero las cosas han sido tan raras, a momento tan cliché que ya nada me sorprende. Pero, luego, eso es lo que siempre sucede. Nada me sorprende. De chico quería ser superhéroe, tener poderes. Esto es lo más cercano y sinceramente no me agrada en absoluto. Debo calmarme, tomar aire. Respirar profundo, luego exhalar. Pero no puedo hacerlo, jamás he sido bueno para calmarme.
-¿te conté lo del chico que vi contando arena? –no conozco esa voz. Es un hombre y está en el baño, no sé quien pueda ser. –el pendejo estaba en la playa, sentado con la mirada perdida. Tomaba entre sus manos un poco de arena y comenzaba a contar. Bueno, no era que lo escuchara, pero es de esas cosas que no necesitas escuchar para saber que la están haciendo.
Trato de incorporarme, pero el cuerpo me pesa. Es extraño esto, nunca sabes cómo vas a despertar. A veces lo haces como si hubieses dormido por toda una semana, sintiéndote mejor que nunca. A veces es como si tuvieras resaca. Ahora es como un peso horrible en todo el cuerpo. El tipo sigue murmurando algo, mientras intento levantarme.
-¿me estás escuchando? Alrededor del pendejo estaba toda esa arena suspendida en el aire. Yo creo que esa fue la primera vez que entendí que las cosas estaban cambiando. –del baño sale el tipo. Un metro ochenta, mas o menos; unos sesenta años; pelo completamente canoso. Se está arreglando la corbata, mirando el nudo. –toda la arena de la playa suspendida en el aire, y el pendejo contándola una por una. Entonces se da la vuelta y… -levanta la vista y me queda mirando. –ahh, eres alguien más.
Miro alrededor mio, por un momento me siento como en shock. Es como cuando pasó por primera vez, que no comprendía mucho lo que sucedía.
-¿perdón? –le pregunto.
-que no eres Luis.
Por un segundo lo medito. Trato de pensar que si verdaderamente soy yo y no soy otro. Sé que si me miro al espejo no me reconozco. Pienso que pasaría si me llego a reconocer, pero se que, aun así, no soy yo. Si soy alguien famoso. O alguien que me he topado en mi vida. Alguien que he querido. O alguien que he odiado.
-no. No soy Luis. –le respondo una vez que mi mente deja de divagar.
-¿cómo te llamas?
-¿y qué pasó?
-¿ahh? ¿Y que pasó con qué? –me pregunta consternado.
-con el pendejo –le digo mientras me sostengo la cabeza debido a que comenzó la resaca.
-ahh… se dio la vuelta y me dijo cuanta arena había en la playa. No recuerdo bien, pero se que me dijo una cantidad exacta. Nunca comprobé si esa era toda la arena que había allí, pero se que no se equivocaba.
-¿Quién eres tú?
-tu compañía y tu guardaespaldas mientras ocupes el cuerpo de Luis. –me dice mientras termina, por fin, de arreglar el nudo de su corbata.
Por un segundo me quedé paralizado. La idea de estar ocupando un cuerpo no se me había pasado por la cabeza, o no me había detenido por completo a reflexionar al respecto. Cierto, y que pasa si solo estoy ocupando cuerpos. Tenía la inocente esperanza que estos cuerpos que habito eran míos, hechos para mi inmortalidad. No había pensado que no es así.
-¿cómo te llamas? –insiste con la pregunta.
-no importa, dime Luis.
-pero no eres Luis. –me responde de manera tajante.
-entonces piensa que Luis se volvió loco, tuvo un derrame cerebral, un tumor, no lo se… sé creativo. Por ahora soy Luis no más.
La resaca no quiere desaparecer.
-¿te conté lo del chico que vi contando arena? –no conozco esa voz. Es un hombre y está en el baño, no sé quien pueda ser. –el pendejo estaba en la playa, sentado con la mirada perdida. Tomaba entre sus manos un poco de arena y comenzaba a contar. Bueno, no era que lo escuchara, pero es de esas cosas que no necesitas escuchar para saber que la están haciendo.
Trato de incorporarme, pero el cuerpo me pesa. Es extraño esto, nunca sabes cómo vas a despertar. A veces lo haces como si hubieses dormido por toda una semana, sintiéndote mejor que nunca. A veces es como si tuvieras resaca. Ahora es como un peso horrible en todo el cuerpo. El tipo sigue murmurando algo, mientras intento levantarme.
-¿me estás escuchando? Alrededor del pendejo estaba toda esa arena suspendida en el aire. Yo creo que esa fue la primera vez que entendí que las cosas estaban cambiando. –del baño sale el tipo. Un metro ochenta, mas o menos; unos sesenta años; pelo completamente canoso. Se está arreglando la corbata, mirando el nudo. –toda la arena de la playa suspendida en el aire, y el pendejo contándola una por una. Entonces se da la vuelta y… -levanta la vista y me queda mirando. –ahh, eres alguien más.
Miro alrededor mio, por un momento me siento como en shock. Es como cuando pasó por primera vez, que no comprendía mucho lo que sucedía.
-¿perdón? –le pregunto.
-que no eres Luis.
Por un segundo lo medito. Trato de pensar que si verdaderamente soy yo y no soy otro. Sé que si me miro al espejo no me reconozco. Pienso que pasaría si me llego a reconocer, pero se que, aun así, no soy yo. Si soy alguien famoso. O alguien que me he topado en mi vida. Alguien que he querido. O alguien que he odiado.
-no. No soy Luis. –le respondo una vez que mi mente deja de divagar.
-¿cómo te llamas?
-¿y qué pasó?
-¿ahh? ¿Y que pasó con qué? –me pregunta consternado.
-con el pendejo –le digo mientras me sostengo la cabeza debido a que comenzó la resaca.
-ahh… se dio la vuelta y me dijo cuanta arena había en la playa. No recuerdo bien, pero se que me dijo una cantidad exacta. Nunca comprobé si esa era toda la arena que había allí, pero se que no se equivocaba.
-¿Quién eres tú?
-tu compañía y tu guardaespaldas mientras ocupes el cuerpo de Luis. –me dice mientras termina, por fin, de arreglar el nudo de su corbata.
Por un segundo me quedé paralizado. La idea de estar ocupando un cuerpo no se me había pasado por la cabeza, o no me había detenido por completo a reflexionar al respecto. Cierto, y que pasa si solo estoy ocupando cuerpos. Tenía la inocente esperanza que estos cuerpos que habito eran míos, hechos para mi inmortalidad. No había pensado que no es así.
-¿cómo te llamas? –insiste con la pregunta.
-no importa, dime Luis.
-pero no eres Luis. –me responde de manera tajante.
-entonces piensa que Luis se volvió loco, tuvo un derrame cerebral, un tumor, no lo se… sé creativo. Por ahora soy Luis no más.
La resaca no quiere desaparecer.