Al diablo se le cayeron los cuernos... o tal vez los ocultó

11.9.07

sobre lobos

y es que de lobos no me gusta conversar. son personajes extraños, algunos son traidores, otros guardan secretos. como nosotros, son iguales a nosotros, pero con mas garbo y elegancia. reconozco que a pesar de que en mi extensa vida he visto de todo, ángeles, demonios e incluso dragones, nada me ha sorprendido más que un lobo. no lo conocí a campo traviesa, ni en una noche de luna llena. los lobos no son como se les conoce, no son solo perros grandes, ni bestias salvajes que rondan por bosques, es más, viven en la ciudad. yo pensaba que no, y esto por primera vez me lo dijo un lobo, en mi misma pieza, junto a mi en esta misma cama. lo reconoció como si tirase toda su existencia encima mío. años y nunca reconocí a ningún lobo tal como a este. me lo dijo todo, todas las cosas que guardaba, aquellas cosas que nosotros pasamos por obvias y que son constitutivas del todo, me mostró cada imagen que ningún ojo humano jamás verá, me enseñó cada sonido que ningún oído jamás escuchará, me contó cada historia que ningún escritor jamás imaginará. estaba allí tirada en mi cama, contándome cada cosa, como si fuese una confesión. ella no estaba incomoda, yo sí. estaba incomodísimo. jamás había escuchado tales cosas. y no es que fuesen malas, al contrario, habían cosas que hasta al más creativo de los hombres hubiese sorprendido y encantado, cosas que al más triste y abatido hubiesen dado coraje y felicidad. luego se paró, me dio un beso en la frente y desapareció. me parece que jamás la volveré a ver. fue una cosa de una sola noche. un trago, una invitación al departamento. conocí a un lobo y estaba acostada a mi lado, desnuda, sobre la cama. y no vengas ahora a decir que era una mujer-lobo o alguna estupidez como esa. no hay tales cosas como hombre-lobo ni hombreslobo. o eres hombre o eres lobo, pero ambos mundos ni juntan ni pegan, por que son distintos. y cuando cosas como estas se saben ya no eres mas ni del uno ni del otro, sino que flotas entre ambos. creo que por eso llegué hasta aquí. esos chicos en el auto, no fue casualidad. no, no creo en el destino, pero ellos me guiaron hasta acá, también son merodeadores, como yo. no se cual sea su historia o lo que sucedió con ellos, pero si especulo podría decir que era ella, pero él también tenia un halo, que le rodeaba, bastante extraño. ellos también solo flotan entre mundos. al parecer ya no moriré, no tengo por que morir, ya no estoy apegado a las leyes de lo terrenal y eso es incomodo, como aquella conversación. como que nunca fuese a terminar.
todavía tengo la marca de su pintalabios en mi frente.